sábado, 1 de octubre de 2011

Mea culpa por ser Magallanero... (a propósito de la temporada pasada* y el inicio de esta)

                                                     
                                                                                                                             a mi hijo Sebastián…

  Yo no soy fanático del béisbol, tengo años sin ir al estadio, a ningún
  estadio, no me sé ni me importa el nombre del “roster” completo de
  ningún equipo, no tengo gorra, ni franela de ningún equipo nacional ni
  extranjero... y para rematar nunca fui bueno jugando a la pelota…
  A veces veo algún jueguito por televisión, pero nada más…
  Sin embargo, pese a todo lo anterior soy magallanero!

  Aquí comienza mi confesión…

  Imagino que debe haber sido por influencia de mi papá, pero sólo por
  ello, por influencia, que yo decidí hacerme seguidor de los Navegantes
  de Magallanes…
  Quiero dejar bien en claro que mi decisión nunca me fue impuesta, ni
  siquiera sugerida. De hecho, tan no puede haber sido así que ninguno de
  mis otros hermanos siguió este camino…

  Yo elegí ser magallanero por decisión personal y libre, y desde
  chiquitico… y nunca, jamás, he pensado en cambiarme de equipo…

  Pero claro, esta mañana, al ver la noticia de la eliminación de
  Magallanes a manos de los Leones, con resultado de 18 carreras a 5, en
  el José Bernardo Pérez, y después de una actuación tan mala como la de
  esta temporada, la pregunta vuelve a darme vueltas en la cabeza, ¿pero
  por qué carajo los magallaneros seguimos siendo magallaneros?

  Aquí comienza mi reflexión…

  La respuesta me la dio esta mañana Sebastián mi hijo…

  Él también es magallanero, incluso con más mérito que yo, porque tiene a
  sus abuelos maternos, a su abuela paterna, a su mamá, a su hermana, a
  sus tíos y a sus primos (es decir, todo su entorno inmediato) en el
  equipo contrario, y además porque le gusta el béisbol y como todo niño
  quiere que su equipo gane, y Magallanes no le da ese gusto…

  Anoche, comenzamos a ver el juego en el televisor de su cuarto,
  Magallanes empezó ganando, pero muy pronto comenzó la agonía, era el
  juego decisivo para la subsistencia del equipo, y cuando empezó la
  paliza a mí me provocaba apagar el televisor o al menos cambiar el
  canal, pero no podía tener esa actitud frente a mi hijo, así que me
  quedé allí calladito viendo aquella clínica de errores y cagadas… Hasta
  que este chipilín de 6 años recién cumplidos se me quedó viendo y me
  dijo (yo se que no era verdad): “Papi tengo sueño, mañana vemos como
  queda el juego…” Ya los dos sabíamos que estábamos eliminados…

  Esta mañana salí para la oficina tempranito, y llamé a la casa
  calculando que ya Sebastián estaría despierto para informarle
  oficialmente que Magallanes estaba eliminado… Además, hice una cosa que
  me da pena confesar, pero es parte fundamental de esta reflexión… Le
  pregunté, así como dejándole una puerta abierta, y pensando que quizá no
  sea justo que este niñito tenga que calarse las mismas angustias que yo
  (y el resto de los magallaneros nos hemos calado a lo largo de los
  años): “Mira Peta ¿y ahora a quién le vas?...” “A Magallanes papi…”

  Puede que uno no lo recuerde bien, pero sí hay un momento en que uno
  oficialmente se convierte en magallanero, y es cuando nos dan una paliza
  como la de anoche y uno se levanta, eliminado y humillado y todavía
  tiene las "santas pelotas" de decir: será el año que viene…!!!
*escrito el 29/12/2010 al día siguiente de la eliminación...

Juancho Pérez

1 comentario:

  1. Pues yo soy cardenalera, a pesar de que no sigo las temporadas y tampoco me se los nombres de los jugadores, para mí es algo de tradición familiar y orgullo de mi terruño, así nos eliminen como al Magallanes.
    ¡Qué orgullo por Sebastián!, fiel a su equipo en las buenas y en las malas.

    Rosana

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