lunes, 27 de febrero de 2012

POR QUÉ TANTA CORREDERA?



La historia más o menos va así. Año 490 a.C., primera Guerra Médica – no por ser entre médicos, sino por Media región del imperio Persa, y que para los griegos al fin del día “medos” ó “persas” representaban lo mismo: el enemigo.

El rey persa Darío I, envía sus tropas comandadas por su sobrino Artafernes y el almirante Datis, con el cometido de acabar con las ciudades-estado griegas Atenas y Platea.

El lugar escogido para la Batalla: la playa de la ciudad de Maratón.Cinco días de enfrentamiento, terminaron por dar la victoria a las tropas Atenienses-Platenses (menores en número) y forzaron la retirada del gran ejército persa.

La noticia había que darla, había que hacerla conocer y celebrarla! Y es allí cuando aparece en escena Filípides, el mejor corredor-mensajero del ejército ateniense, con la misión de ir a Atenas a anunciar la victoria.

Casi 40 kilómetros distan entre Maratón y Atenas… Filípides corrió esta distancia, anunció con gritos el triunfo a los Ateniense y allí cayó (y también calló) muerto *.

A mí, de pequeño, me habían narrado este épico origen de la disciplina olímpica del maratón pero con una sola y fundamental diferencia: el mensajero había recorrido esta distancia para pedir ayuda y tropas y así salvar a sus compañeros en batalla – una causa noble y heroica.

Pero no! Resulta que Filípides corrió la distancia a pie (y me pregunto yo ¿por qué no le prestaron un caballo coño? hubiese sido más rápido y más divertido!) para anunciarle a sus paisanos que les había ido bien, que habían ganado – lo cual merecía hacerse, pero evidentemente esta es una causa más vanidosa que noble…

Pues bien, de vuelta al siglo XXI y dejando a un lado lo épico, ahora la moda es correr. 10K, 21K, 42K, correr… sin ánimos de salvar a nadie ni de anunciarle victorias a nadie… correr no más… a lo Forrest Gump!

Aquellos maratonistas flaquitos de antes, con camiseta sin manga y requeté-sudada, que uno veía entrenando por el hombrillo de la autopista hacia Caricuao; eso se acabó. Ahora corre todo el mundo, los yuppies, las models, las mamis tetonas, los flaco-gordos, y los gordo-flacos,  TODOS! 
Nike lo democratizó bien democratizado!

Las caminatas reflexivas, los paseos conversados, las excursiones largas, eso hoy día está “OUT”. 

Lo “IN” - en palabras de personal trainer - es “reventarse”… y debe ser así, al fin y al cabo es la forma en que terminó Filípides, el inspirador de tanta corredera.

Yo, so pena de estar "OUT", me quedo con lo que está "OUT".


JUANCHO PÉREZ

            
* Entonces, cuando Persia fue polvo, todos gritaron: "¡A la Acrópolis! ¡Corre, Filípides, una carrera más! ¡Tendrás tu recompensa! Atenas se ha salvado gracias a Pan. ¡Ve y grítalo!" Arrojó él su escudo, corrió otra vez como una saeta; y toda la extensión entre el campo de hinojo y Atenas de nuevo fue rastrojos, un campo que recorría una saeta, hasta que él anunció: "¡Regocijaos, hemos vencido!" Como vino que se filtra en arcilla, la felicidad que fluía por su sangre le hizo estallar el corazón: ¡el éxtasis!
Filípides (1879) poema de Robert Browning.

miércoles, 8 de febrero de 2012

HABLEMOS DE BUEYES…



Me comentaba el otro día mi hermana, entre risa y reflexión, que uno de sus hijos le preguntó curioso ante tanto afiche de candidatos: ¿Mami, por qué todos los que quieren ser jefes del país salen en la foto con la mano “así” y riendo?...

Según lo anunciado, este será el último post sobre “primarias”… básicamente porque son ya el próximo domingo.

En las entradas anteriores he venido hablando de la importancia de nuestra participación, de hacer lo que nos corresponde y debemos hacer como “ciudadanos de a pie”.

Esta vez, escribiré sobre los candidatos, y lo haré desde la pregunta de mi sobrino.

De técnicas, tácticas y estratagemas de marketing político no soy experto. Entiendo sin embargo que todo, desde el color de la camisa, la pose, la imagen, por supuesto el slogan, etc, atiende a un fin último: hacer que el elector vote por el candidato…

Cada asesor sabrá entonces qué hacer con su asesorado y cómo venderlo: que aparezca corriendo, riendo ó con cara de “poker”; con corbata, liki-liki ó con franela; que luzca audaz, “de-la-mano-con-el-pueblo” ó ungido-de-lo-Alto… Allá el candidato con su estrategia!

Ahora bien, lo que sí debemos esperar, demandar y exigir de cada uno de estos políticos, más allá de su “empaque ganador”, es que a la hora de trabajar SEAN SERIOS.

Me importa poco - muy poco - si el candidato es de izquierda, de centro, de abajo, de arriba, de derecha ó de Machurucuto.

El país necesita líderes que nos hablen en serio, pero que además se lo tomen en serio.

A mí no me venga un “líder” a pontificar de honestidad, coqueteando con sinvergüenzas. Por astuto que sea!

A mí no me venga un “líder” a pontificar de igualdad, con prebendas, camionetotas 2013, escoltas y choferes. Por importante que sea!

A mí no me venga un “líder”  a pedir sacrificios si no está dispuesto a hacerlos también. Por roloe´vivo que sea!

A mí no me venga un “líder” con romanticismos ideológicos si lo que quiere es "sentarse en la silla". Por caudillo que sea!

A mí no venga un “líder” a solucionarme mis problemas, si los puedo solucionar yo. Por entrometido que sea!

A mí no me venga un “líder”  con eso de refugiarse en lo malo que eran aquellos y lo peligroso que pueden ser estos, si sólo cree que es él quien sabe y puede. Por muy avispao que sea!

Yo creo en la gente seria, e insisto, necesitamos gente seria. 

Y ustedes dirán ¿cómo sabemos quién es serio? Eso no lo puedo decir yo aquí. Cada quien tomará su decisión y elegirá (con riesgo de equivocarnos claro está!) un candidato, pero así es la democracia, de eso se trata: el que quiera hacer las cosas bien, que venga y las hagas sin cuento, sin aspavientos, sin excusas… y si no, habrá que cambiarlo.

Ya lo he dicho antes, nos toca arar con los bueyes que tenemos, ...Ok! pero siempre y cuando sean bueyes, coño!

Termino respondiéndole a mi sobrino: Risas y manos “así” en los afiches, cómo no!, hacen falta, está muy bien!… pero seriedad en los resultados también!


Juancho Pérez