En esta semana - el 22 de Noviembre - celebramos el
día de Santa Cecilia, patrona de los músicos.
La historia de esta Santa no está clara *… ni siquiera
está claro si existió o es simple leyenda… pero el hecho es que desde +/- 480
DC su nombre aparece en los listados de santos, canonizada en 1594 y - según
los expertos - por un error de traducción designada patrona de los músicos.
Pero a mí, lo que me resulta más curioso de toda esta
historia, es precisamente lo relativo al error en la traducción.
Según los expertos (yo solo repito) en los textos más
antiguos de las Actas de Santa Ceciliae, no decía originalmente canéntibus
órganis (en relación a instrumentos musicales) sino candéntibus órganis (en
relación a instrumentos de tortura)… Evidentemente, no es lo mismo.
Aunque… pensándolo mejor, la relación es bien
estrecha.
Dizzie Gillespie decía que sólo existen 2 clases de
música: la buena y la mala. Y si hay algo que puede resultar verdaderamente
insoportable y cruel es tener que escuchar
- y por lo general suele ser de manera obligada - música mala.
Pongo ejemplos para explicarme.
Caso 1. Viernes por la noche de una semana terrible.
Llega uno a casa cansado y lo recibe la familia tranquila. Cena ligera para
descansar bien. No hay planes de salida nocturna, sino más bien de levantarse
temprano para bajar a la playa. Todos en pijamas a sus respectivas
habitaciones…. Y entonces tipo 10:00 pm arranca en el edificio de al lado un
Disc-Play con un “Puki-Puki” a TODO volumen. Probable fiesta de 15 años (¡!),
que se acabará a golpe de 4 am…
Caso 2. Llegada al Aeropuerto Internacional de Maiquetía.
Larguísima cola de migración que coincide con la llegada de todos los vuelos a
la misma hora y sólo 3 taquillas abiertas.
Retirar equipaje por correa 2. No, correa 5. No correa 2, correa 2…
Superado el drama de las maletas y el susto de haber perdido alguna que por fin
salió de última. Larga cola de revisión SENIAT. Negociación “in extremis” con
el sindicato de maleteros de IAAIM. Ubicación del chofer. Montar las maletas - que
casi no caben - en el carro. Por fin comienza el viaje de subida Maiquetía –
Caracas. Antes del primer túnel, INMEEEEENSA cola… El chofer con cara de tipo
simpático se voltea y dice: Jefe, tranquilo que aquí le tengo un MP3 con 179
canciones bien finas de Arjona!...
Caso 3. Piñata “puesta-en-escena” de amiguita de mi
hija a la cual NO PODEMOS FALTAR. Mucha gente y muchas niñitas entre 4-5 años.
Por fin, después de actos de Princesas con actores que cuando actúan gritan, se
tumba la piñata. Luego se pica la torta. Proceso de negociación con mi hija
para poder irnos. Varios intentos fallidos. Logramos convencerla al final bajo
el chantaje-ilusión del “cotillón” (otrora regalito de salida). Nos montamos en
el carro que tuvimos que estacionar a 4 cuadras de la casa de la fiesta. Mi
hija abre el cotillón. Regalo principal: CD con los éxitos más pegados de
Reggeaton. Ahora hay que escuchar el disco cada vez que estamos en el carro,
mientras ella canta “mi niña bonita”…
Yo no creo - claro está! - que estos casos sean de
ninguna manera caminos para la Santidad, pero sí creo que son una suerte de
tortura light… Por ello le pido a Santa Cecilia fuerzas para llevarlo con
gallardía.
Juancho Pérez
*les paso este link para mayor información http://www.histomusica.com/libros/hitos.php?capitulo=97
Muy bueno el caso número 2, la terrible llegada al aeropuerto y luego la subidita en taxi "relajante" para llegar a casa.
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