viernes, 3 de octubre de 2014

EL CIVILIZADO WHISK(E)Y


La civilización occidental es hoy día lo que es, gracias al legado monacal de la edad media, es decir, a los monjes. El sociólogo norteamericano Rodney Stark, desarrolla de manera impecable esta idea en su libro The Victory of Reason, que vale la pena leer… (y al cual vale la pena dedicarle un post).

Según Stark, la idea de “progreso” viene ligada al hecho y la concepción del trabajo en los monasterios como lugares en los cuales – a diferencia de los feudos – les correspondía proveerse a los mismos monjes de sus bienes para su subsistencia, lo cual les llevó al desarrollo de tecnologías e innovaciones que les permitiera lograr aumentar la relación esfuerzo-beneficio, respetando siempre (¡claro está!) la tradición monacal de San Benito: ora et labora.

La escritura, la salvaguarda de la literatura, el desarrollo de la agricultura, la tecnología y el surgimiento de las máquinas, por supuesto el fomento de la caridad como característica, la educación… en fin, un listado larguísimo, que llega hasta nuestros días y que además incluye cosas tan importantes – para mí, al menos – como lo son la institucionalización de la siesta (ya he hablado de ello en un post anterior http://jonchoperez.blogspot.com.es/2011/10/ah-mundo-la-hora-sexta.html) y de lo que hoy quiero hablarles: el whisky ó whiskey.

A las costas de Irlanda llegaron los primeros monjes a principios del segundo milenio con el firme y único propósito de convertir aquellas tierras al cristianismo. Muchos de esos monjes eran hombres venidos del oriente, con sus culturas y tradiciones orientales…entre ellas la alquimia.

La alquimia era concebida principalmente con fines terapéuticos, mediante la utilización del alambique se obtenían alcoholes de flores y frutos que se aplicaban como fragancias y perfumes medicinales. Pero aquel rústico proceso de destilación, también permitía obtener una “medicina” aguardentosa, con propiedades y “poderes curativos y restauradores”… Esa agua ardiente, fue llamada, dado sus beneficios y efectos en los enfermos, aqua vitae, “agua de vida”, ó para decirlo en gaélico, “uisge beata”… pasando por simplificación a Uisce y llegando por deformación al whiskey (pa´los irlandeses) ó whisky (pa´los escoceses).

Según los entendidos, el whiskey irlandés fue el campeón hasta finales del siglo XIX principios del XX, cuando dos eventos históricos hacen disminuir drásticamente la industria en Irlanda: el proceso de independencia de Irlanda del Imperio Británico (¡de allí mi temor al reciente referéndum escocés!) y la Ley Seca de los Estados Unidos, principal destino de la producción… (¡de allí mi temor al puritanismo!). Al descenso del whiskey, se debe el aumento del whisky... del Scotch!

Pero la verdad, es que ya sea whiskey o whisky, ambos cuentan con mi simpatía, y sobre todo con mi respeto, pues los beneficios de esta “aqua vitae” son cosas de monjes sabios, y yo como hombre creyente que soy, practico con fe.

Termino recordando a W.C. Field, quien recomendaba a todos los hombres (y mujeres también, Albemamá) llevar siempre y en todo momento una botella de whisky en una mano en caso de mordedura de serpiente… y en la otra mano, llevar siempre una serpiente.

Salud!

Juancho Pérez

@jonchoperez 

4 comentarios:

  1. Todo eso es tan cierto que a los Monjes debemos la distribución armónica de las horas del día, es decir la famosa teoría del "8 x 3", 8 horas para trabajar, 8 horas para rezar, divertirse y alimentarse y 8 horas para domir y reponer energías. Todo ello reforzado con el riguroso establecimiento del "Officium" de las primeras comunidades cenobiales desde el siglo II y luego, en el siglo IV, extendido a todos los monasterios y órdenes.

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  2. Extrañaba tus escritos. Las vacaciones fueron largas!
    Salud por tu "regreso" al blog!

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  3. IDEM Suzan. Últimamente he pensado en lo que escribiste sobre un país donde veía venir el hambre y no se hacía nada.

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