Vivimos en un mundo en el cual se gana o se pierde, así nos
han enseñado, así funciona… Claro que con matices, enfoques y maneras de
abordarlo. Por ejemplo, a mí los jesuitas me enseñaron desde niño que si
ganábamos debíamos ser “caballeros” y respetar al contendor… y si perdíamos,
pues a continuar con bríos…
Pero la verdad, es que cuando leí esta noticia que les
comentaré de seguidas, me “sorprendió” en las 3 acepciones que el DRAE hace del
término: 1.- me tomó desprevenido, porque ya uno no suele encontrar noticias
así; 2.- me conmovió, por lo raro e imprevisto de esta clase de conductas; y
3.- me permitió descubrir lo que otro – en este caso en particular, el corredor
Iván Fernández Anaya – ocultaba o disimulaba.
Les refiero la historia. El pasado mes de diciembre, en la
localidad Navarra de Burlada (España), se celebró una carrera de cross-country.
Atletas de diversas nacionalidades compitieron, como es lo natural en estos
eventos. De hecho, la carrera estuvo punteada buena parte y hasta el final por
el corredor keniata Abel Mutai (medallista olímpico en Londres 2012). En
segundo lugar y a cierta distancia le seguía el español Iván Fernández Anaya.
Al entrar en el tramo final y a unos escasos 50 metros de la
meta, Mutai confundido afloja el paso en su carrera pensando que ya había
terminado. Ante las señas del público que le indicaban continuar y que aún no
había terminado la carrera, Mutai (sin entender ni una palabra de español) les
corresponde con gestos de saludo…
Iván Fernández se percata de la situación. Tiene dos
opciones: apretar el paso y ganar la carrera ante el despiste del puntero
keniata, o la otra opción, hacer lo que hizo.
Fernández corre hasta colocarse detrás de Mutai, y comienza
entre señas, empujones y ánimos a indicarle dónde está la meta.
Abel Mutai ganó la carrera de Navarra. Fernández quedó en
segundo lugar, perdió. Esta vez decidió perder…en este mundo nuestro, en el
cual se gana o se pierde.
Y yo concluyo, que a mi enseñanza jesuita de infancia sobre
el ganar y el perder, le falta una posibilidad: también se puede ser “caballero”
sin ganar.
Juancho Pérez
@jonchoperez
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