El lenguaje, la capacidad de expresarnos y ser comprendidos,
de comunicarnos mediante sonidos y símbolos, es para muchos el mayor invento de
la humanidad… a tal punto que “cuarto-bates” de la talla de Heidegger o Cassier,
lo consideran el elemento esencial del
homo sapiens.
Entre esos símbolos que utilizamos para comunicarnos, están las palabras como protagonistas.
Honestamente mis conocimientos en filología, lingüística,
semántica y semiótica son escasos, pero me atrevo a decir que utilizamos palabras para referirnos a cosas u
objetos, e igualmente podemos mal-utilizar palabras
para decir lo que nos da la gana, cuando nos da la gana!
Un ejemplo típico de
mi planteamiento lo podemos ver en la carta de un buen restaurante con todo y
Chef (estudiado en París), cuando se presenta el plato del día.
Claro que ese chef (estudiado en París) sabe lo que es el
Cordon Bleu, sabe cómo se escribe y además lo que significa y también quizás lo
añore; pero eso no importa, a la hora del menú - al menos en Venezuela - se
escribe, se dice, se ofrece y se pide: Gordon
Blue.
Igual ocurre, después de comernos el Gordon Blue, cuando llega la hora del Plus-Café.
La forma correcta de decirlo – si es que importa – es pousse café, palabra que grafica
perfectamente lo que se busca con el licor “digestivo”: empujar...
Aunque al final, lo realmente importante, es que sean varios
y siempre por la casa!
Este uso/abuso de las palabras evidentemente trasciende lo
culinario. Usamos y mal-usamos las palabras cómo y cuándo nos da la gana, y
para lo que nos da la gana.
Les pongo otro ejemplo más.
Ayer, mientras iba en el tráfico vespertino de regreso a mí
casa, me tocó – a falta de iPod – escuchar la Cadena Presidencial del acto de
transmisión de mando del Ministerio de la Defensa. Pude apagar el radio, pero
no quise.
El acto comenzó con la típica gritería militar de “arrrrrrr”
y “firrrrr”, luego las marchas de las Bandas Militares (ah Mundo, John Philip Sousa!), y después los discursos
protocolares de rigor: “Palabras del General en Jefe…”
Pero, a lo que voy. Todos los discursos, y lo que es peor,
incluso todos los saludos cada vez que se saludaban – que era a cada rato – incluían
la palabra Socialismo ó Socialista.
Yo me pregunto ¿socialismo? ¿estamos ó mejor dicho están
realmente ellos hablando de socialismo? ¿de socialismo socialismo? ¿creen ellos
realmente que todos nosotros creemos que ellos son socialistas?
No sé, pero para mí a la hora del discurso – al menos aquí
en Venezuela – el “quítate-tú-pa´-ponerme-yo”, se escribe, se dice, se ofrece y
se pide: Socialismo.
Juancho Pérez
Muy buen articulo Juancho, un abrazo!
ResponderEliminarHola, excelente artículo, felicidades.
ResponderEliminarHubiese sido un buen "pousse café" sin la innecesaria referencia politicoide. Fue como encontrar una alcaparra en medio del "bienmesabe", pero entiendo que es parte de esa contaminación que no es una culpa, sino una debilidad...
ResponderEliminarMi próximo 🥃 va por esta publicación.
ResponderEliminarPero la RAE acepta pluscafé
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