La historia más o menos va así. Año 490 a.C., primera Guerra
Médica – no por ser entre médicos, sino por Media
región del imperio Persa, y que para los griegos al fin del día “medos” ó
“persas” representaban lo mismo: el enemigo.
El rey persa Darío I, envía sus tropas comandadas por su
sobrino Artafernes y el almirante Datis, con el cometido de acabar con las ciudades-estado griegas Atenas y Platea.
El lugar escogido para la Batalla: la playa de la ciudad de
Maratón.Cinco días de enfrentamiento, terminaron por dar la victoria
a las tropas Atenienses-Platenses (menores en número) y forzaron la retirada
del gran ejército persa.
La noticia había que darla, había que hacerla conocer y
celebrarla! Y es allí cuando aparece en escena Filípides, el mejor
corredor-mensajero del ejército ateniense, con la misión de ir a Atenas a
anunciar la victoria.
Casi 40 kilómetros distan entre Maratón y Atenas… Filípides corrió esta distancia, anunció con gritos el triunfo a los Ateniense y allí cayó (y también calló) muerto *.
A mí, de pequeño, me habían narrado este épico origen de la
disciplina olímpica del maratón pero con una sola y fundamental diferencia: el
mensajero había recorrido esta distancia para pedir ayuda y tropas y así salvar
a sus compañeros en batalla – una causa noble y heroica.
Pero no! Resulta que Filípides corrió la distancia a pie (y
me pregunto yo ¿por qué no le prestaron un caballo coño? hubiese sido más
rápido y más divertido!) para anunciarle a sus paisanos que les había ido bien,
que habían ganado – lo cual merecía hacerse, pero evidentemente esta es una
causa más vanidosa que noble…
Pues bien, de vuelta al siglo XXI y dejando a un lado lo
épico, ahora la moda es correr. 10K, 21K, 42K, correr… sin ánimos de salvar a
nadie ni de anunciarle victorias a nadie… correr no más… a lo Forrest Gump!
Aquellos maratonistas flaquitos de antes, con camiseta sin
manga y requeté-sudada, que uno veía entrenando por el hombrillo de la
autopista hacia Caricuao; eso se acabó. Ahora corre todo el mundo, los yuppies, las models, las mamis tetonas,
los flaco-gordos, y los gordo-flacos, TODOS!
Nike lo democratizó bien
democratizado!
Las caminatas reflexivas, los paseos conversados, las
excursiones largas, eso hoy día está “OUT”.
Lo “IN” - en palabras de personal trainer - es “reventarse”… y debe ser así, al fin y al cabo es la forma en que terminó Filípides, el inspirador de tanta corredera.
Yo, so pena de estar "OUT", me quedo con lo que está "OUT".
JUANCHO PÉREZ
* Entonces,
cuando Persia fue polvo, todos gritaron: "¡A la Acrópolis! ¡Corre,
Filípides, una carrera más! ¡Tendrás tu recompensa! Atenas se ha salvado
gracias a Pan. ¡Ve y grítalo!" Arrojó él su escudo, corrió otra vez como
una saeta; y toda la extensión entre el campo de hinojo y Atenas de nuevo fue rastrojos, un campo que recorría una saeta, hasta que él
anunció: "¡Regocijaos, hemos vencido!" Como vino que se filtra en
arcilla, la felicidad que fluía por su sangre le hizo estallar el corazón: ¡el
éxtasis!
Filípides (1879) poema
de Robert Browning.